dimecres, 12 de març del 2008

El corporativismo al servicio de la cultura



Babelia es el suplemento cultural que acompaña todos los sábados al diario El País, cuya función es ofrecer las diferentes novedades que, siempre desde el punto de vista de la empresa, merecen ser destacadas.

Supongo que cuando se habla de algo relacionado con la cultura, uno de los primeros matices que hay que realizar es el exceso de corporativismo que se da en los suplementos que acompañan a los grandes diarios. En este caso es algo obvio que el Grupo Prisa tiene una gran influencia, también en el mundo editorial, lo que hace que favorezca a todos aquellos sujetos culturales que de una forma u otra se aúnan a la causa. Lo cierto es que si hubiera hecho esta reseña de otro suplemento el comentario sería el mismo. Es algo que no se puede obviar, pero no por ello uno puede quedarse sólo en este elemento. Cada medio ofrece a sus autores afines. La clave está en que todos los grupos de influencia den cabida a todo aquel que lo valga y así sea el público el que se encargue de investigar cual es el medio que más le interesa según sus intereses particulares o, en su defecto, haga una extracción de cada uno de los diferentes suplementos para crear una composición con el mayor espectro de tendencias que se ofrecen.

Otro de los defectos que le encuentro es el exceso de pedantería y petulancia que se encuentra en muchos de los textos. En todo escritor, del ámbito que sea, se esconde un vanidoso en potencia que busca hablar a través de sus palabras y que sean éstas las que se encarguen de enmarcar su inteligencia y sapiencia ante la obra que está componiendo y ante el espectador al que se dirige. El problema es justo ese, que dan por hecho que todos los que lean el suplemento tienen que estar en su misma condición intelectual. No creo que sea necesario recubrir el texto con todo tipo de palabras de dejen a las claras su superioridad intelectual. Si lo que quieren es “vender” esa obra sobre la que están hablando, hay que buscar recubrirla de la mejor forma posible, pero eso no tiene nada que ver con recubrir la propia crítica de ese halo de intelectualismo barato y pueril.
Aún con esto, tampoco quiero obviar como Babelia ha apostado por un diseño más trivial y menos encorsetado, con mayor colorido y una presentación más incisiva, como prueba de que quiere adaptarse a los tiempos, a la era de lo visual.
Después de la parte de rajada, paso a hablar de los puntos positivos del suplemento. Por una parte es de recibo reconocer que sus contenidos son muy completos. Comentarios sobre diversas obras, tanto de referencia como de vanguardia, entrevistas a destacadas figuras literarias, artículos de opinión y ensayo y poemas, en un gran porcentaje extraídos de poetas desconocidos, ofrecen una pluralidad de contenidos a valorar muy positivamente. No incidiré de nuevo en los condicionantes que hacen que sé de cobertura a unos autores por encima de otros.
Otro punto positivo es saber combinar la cultura de vanguardia, las última novedades del mercado cultural en sus diferentes ámbitos, sin perder de vista la tradición, las obras que marcan una referencia en la cultura actual.
En lo que a las novedades se refiere, Babelia (en conjunto con otros suplementos culturales) se convierte en un lugar muy válido para encontrar referencias sobre obras que no aparecen en las listas de los más vendidos –aunque estas también pueden aparecer-, trabajos más intimistas que por su concepción no atraen al gran público pero si hay un lector con un criterio preestablecido que sabe lo que quiere y como encontrarlo.

Por todo ello, aunque se pueden encontrar cosas a mejorar, considero Babelia un suplemento muy válido, tanto por los colaboradores, aún con su exceso de pedantería, su pluralidad -siempre matizada- de contenidos y por esa combinación entre las referencias que marcan la cultura actual y la oportunidad que se le da a nuevos autores y tendencias para difundir sus obras en un medio de tanta difusión.

1 comentari:

Tomás ha dit...

Estoy de acuerdo. Babelia acompaña todos los sábados al diario.

En el pasado número venía un articulo muy interesante de Juan Cruz titulado "Egos revueltos".