dissabte, 1 de març del 2008

Las mafias audiovisuales


Con relación a la denuncia llevada a cabo por la periodista y escritora Isabel-Clara Simó sobre las mafias editoriales que hay en España, me gustaría comentar lo siguiente:

Lo primero que hay que decir es que la situación no es nueva y que no afecta únicamente al panorama literario, ni de España ni del resto de países desarrollados. En un sistema capitalista como el actual, el dinero lo mueve todo y por lo tanto, es obvio que aquellos que más dinero tienen pueden ejercer una mayor influencia sobre los potenciales compradores de su producto. De la misma manera que en televisión hablamos de la agenda setting para definir el poder que tienes las grandes cadenas de seleccionar las informaciones que deben aparecer en pantalla y, a partir de ahí, condicionar al espectador sobre lo que debe conocer y sobre aquello que, salvo que te informes por medios, digamos más alternativos, serás incapaz de saber si existen, en el panorama editorial pasa otro tanto de lo mismo.

En el artículo, Simó se refiere a una única editorial, debo entender que habla de la Editorial Planeta. La crítica me parece acertada. Dicho esto, también estaría bien saber que es lo que ha motivado estas declaraciones, ya que si vienen movidas por un afán vengativo ante una mala crítica de la misma a su última producción, en este caso perdería toda objetividad y, por lo tanto, no podría valorarse de la misma forma que si fuera algo escrito en frío, de forma calculada y meditada.
Como ya he comentado, los críticos que trabajan para los grandes medios son los que tienen una mayor influencia ya que tienen una mayor posibilidad de llegar al gran público al que, de una forma u otra, coaccionará para que se decante hacia un determinado tipo de libro. Es algo obvio que los críticos no se mueven por unos intereses particulares y libres, sino que están marcados por la tendencia y los intereses globales de la macroestructura en la que se integra. Aunque este sistema ya de por sí es injusto, lo intolerable, si es cierto lo que denuncia Simó, es que intenten eliminar la competencia a partir de críticas infundadas y poco argumentadas sobre aquellos libros que no les conviene que sean éxitos.

Por último, me gustaría destacar que, en España, uno de los mayores problemas que detecto sobre las mafias literarias actuales es la nula capacidad de afrontar cambios y, por lo tanto, de arriesgarse a apostar por libros que busquen una innovación. Se basan en esa idea del malo conocido. Esto hace que los escritores, que necesitan ventas para seguir viviendo de esto, se decanten por lo que ahora está de moda. Esas inmensas novelas sobre supuestos temas históricos, dejando de banda obras de otras temáticas, como la ciencia ficción, así como la utilización de un estilo más directo y sencillo que de frescura al panorama literario nacional y sorprenda a un lector cada vez más entregado a la narrativa anglosajona.

1 comentari:

Tomás ha dit...

¿Y por qué no hablar de las mafias dentro de la jerarquía docente de nuestra apreciada universidad? ¿No son una digresión cultural mucho más nociva? ¿Quién empieza?