dimarts, 15 d’abril del 2008

Risto Mejide: un fenómeno, un animal, un producto televisivo

Risto Mejide, como tantos otros antes y muchos otros que vendrán detrás, no deja de ser un hombre que ha sabido aprovechar una carencia detectada en televisión para ocupar ese espacio y hacerse de oro con ello.

Es evidente que en la televisión actual se está en una tendencia hacia un espectáculo cada vez mayor, donde el morbo o la violencia están en su punto álgida en la feroz lucha por la audiencia. En esta tesitura aparece el señor Mejide. Cabe recordar que este tipo tiene una sobrada experiencia como creativo publicitario, con lo cual, sabe perfectamente como estudiar al público, detectar que es lo que necesita y a partir de ello, ofrecerle aquel producto que requiera. Y en esta ocasión, no ha hecho más que eso. Detectar que es lo que la audiencia requiere y actuar en consecuencia ofreciendo su producto, él mismo.

El público busca cosas diferentes, cosas que le sorprendan, cosas que se salgan de lo preestablecido. Y ahí intervino Risto. Cuando Operación Triunfo, después de tropecientas ediciones del concurso, ya parecía que languidecía hacia un cierto olvido, se vió que el filón ya no estaba en los concursantes, sino en los que estaban al otro lado, los que juzgaban a esos pseudoartistas. Y ahí apareció Risto. Con una pose estudiada, una actitud acorde a ese rollo desenfadado y pasota, con un tono distante y unos argumentos punzantes, hirientes, duros, agresivos... con los que no dejaba títere con cabeza. Todos los que veían el concurso por lo de siempre ahí seguirían mientras que muchos de los que lo odiaban, se aficionaron nuevamente aunque sólo fuera durante esos minutos en los que este personaje rajaba de todo y de todos. Aunque pudiese parecer lo contrario, un golpe maestro por parte de Gestmusic y Telecinco, revitalizando el formato y llevándolo a nuevas cotas de audiencia que no podían esperarse.

Risto, como no, se convirtió en un fenómeno televisivo, en un animal de televisión que se encontraba en su habitat ideal, deseando descuartizar todo lo que pasara ante su persona. A partir de aquí, todos intentaron beneficiarse de su éxito, cabalgar la ola ganadora. Programas de televisión, de radio, colaboraciones en prensa, páginas web... estaba en todas partes porque todo el mundo lo seguía, porque su presencia en cualquier medio significaba aumentar exponencialmente el número de espectadores, lectores o lo que fuese.

Pasa el tiempo y con ello todo vuelve a su cauce. Ahora, con una nueva edición de OT, se ha vuelto a apostar por Risto, esta vez ya desde los castings. Queda por ver la audiencia que esta vez conseguirá en comparación con el año pasado, pero lo que es seguro es que Risto seguirá jugando su estudiado papel. Queda por ver por cuanto tiempo. Como en todo, el público nunca es fiel eternamente, y se acaba cansando de lo que antes resultaba lo más in. Renovar o morir, eso es lo que Risto debería empezar a replantearse. Sea como sea, su ola ganadora ya pasó.

Ahora, falta por ver quien tomará el relevo. Quien estudiará detenidamente el mercado para saber que es lo que el público desea, explotarlo y beneficiarse a través de ello. El capitalismo hecho televisión, hecho cultura.

3 comentaris:

Tomás ha dit...

Y nosotros escribimos sobe ello concediéndole el margen de la duda. No debemos dar la espalda a la sociedad, dicen. Todo es cultura y bla bla bla. Pues sigamos moldeándola. Que el niño que busque en Internet encuentre millones de resultados y lo asocie con un modelo de éxito. De hecho lo es, pero vaya formato. Quizás sin productos televisivos como Risto nos tuviéramos que mirar al espejo y entonces...que dolor! Ya buscaríamos otro producto entonces.

Una pregunta Iván: ¿El gato de Schrödinger está muerto o vivo? Nunca me ha quedado claro.

Un saludo.

Iván Sobrino ha dit...

Diría que está triste y azul

Carlos Martín Rio ha dit...

Schrödinger es nombre de árbitro alemán. Es lo único que te debe quedar claro.